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La historia de la tilde y el apóstrofo v2.0 25/1/11 | comments

No mucho tiempo atrás, existió una tilde muy bella, carismática y flotante. La gente la usaba con orgullo en todos sus escritos y era razón de felicitaciones en las escuelas. Su nombre era Martina.




¡Hola, soy Martina! Estoy INCLINADA porque soy una TILDE.



En otro país muy lejano, largos kilómetros al Norte, existió un apóstrofo muy fuerte, frío y orgulloso. Sin embargo, era amado por todos en su ciudad. Sus habilidades, únicas en el planeta, facilitaban  la escritura. enormemente. No era simplemente un signo ortográfico, ¡era una moda! Se llamaba Scott.



Hey, I am Scott, the APOSTROPHE. I am absolutely STRAIGHT.



Volviendo al Sur donde empezamos: Martina tenía una amiga, Ludmila, que la llevaba a todos lados en su diario. Martina era muy feliz porque Ludmila viajaba mucho y eso la hacía conocer el mundo (que, alguna noche específicamente estrellada, fue su mayor deseo).

Scott también tenía amigos. Muchos. Y muchos de ellos tenían laptops. Y ahí viajaba él, también, pero en la laptop de alguien a quien le tenía un cariño especial: Ethan. Este joven, tan amante de la aventura como Scott, lo cargaba a todos lados. Cada vez que su laptop se abría, Scott se encontraba en un lugar diferente.

Un día, sin razón aparente más que el mismo destino (para lo que lo creen), Scott se despertó en Argentina. Quizás era trabajo, quizás una visita esporádica. Nunca conocía bien las razones de sus viajes, sólo que el dueño de esa laptop en particular tenía su cronograma constantemente lleno.

Ludmila era amante de la naturaleza, así que todos los días salía de paseo con Martina a escribirla en su diario mientras descansaba en alguna plaza. Ese día tan particular y falto de razones lógicas no fue excepción a esta costumbre. Martina notó que su amiga describía a un hombre de porte muy diferente a los hombres de los que hablaba Ludmila todos los días. El pelo rubio, los ojos claros, traje... incluso, una notebook. "¡Rarísmo!". Era, justamente, Ethan, que había salido de una reunión y estaba agotado. Se compró un café y se sentó. "I hope this girl doesn't mind me sitting next to her", pensó. Y se sentó al lado de Ludmila. La joven seguía escribiendo: "¿Qué hago? ¿Le hablo? Me parece que no habla mi idioma... ¡Quiero conocerlo!", pero Ethan ni la notó. Abrió su notebook y empezó a llenar un formulario. Scott trabajaba en lo suyo.

Algo tenía que pasar. Tan cerca y tan lejos, tan parecidos y DIFERENTES a la vez. Y sí, pasó: a ambos les sonó el teléfono, ambos atendieron y ambos dejaron sus pertenencias a un lado. ¡Como si fuera una obra de teatro! Y ahí se vieron.


Scott y Martina, claro.

- Psst, ¡hola!
- Uh, what? Me?
- ¡Vos!
- OH, hey.
- ¡Me llamo Martina!

Se conocieron y se amaron. Scott decidió quedarse con ella para siempre. "My friends will take care of Ethan alright". Ethan volvió a su país y Ludmila, a su casa. Como si nunca se hubiesen visto. Scott aprendió español y Martina, inglés. Las amigas de Ludmila lo veían en los escritos de su diario y lo disfrutaban, tanto como lo hizo alguna vez Ethan (quizás más).

Scott era feliz, incluso sonreía de tanto en tanto. Pero no todas las historias de amor tienen finales felices. Las amigas de Ludmila escribían en inglés, recordemos este hecho. Justamente por esto, Scott vivió lo peor: Martina había ocupando su lugar.


WHY ARE YOU DOING THIS TO ME ?!


Martina no sabía qué hacer, no lo podía controlar. Y, no, no había forma de controlarlo. El amor se desintegraba y Scott estaba cada día más lejos. El fin de esta historia fue sólo cuestión de tiempo.


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Sí, cuento wannabe para niños. Para niños, con ganas de que lo lean los grandes. No sean chotos.

Bitches 20/1/11 | comments

Tengo dos perras. Un random mix muy lanudo y un chihuahua. Sí, Matías tiene un chihuahua. ¿Cuál es? (Bueno, no es mío mío, pero está acá).

Lanuda es muy loca e inteligente, Chihuahua es boluda y extremadamente pajera. Digámosles así: Inteligente y Pajera.

Inteligente está muy loca, le tiende trampas a Pajera para revolcarla cuando se le cantan las pelotas y le roba la comida cada tanto. Es como un bully copado del cual tenés que ser amigo o cobrás. Pero lo querés. Medio raro.

Pajera es muy pajera. Le gusta el sol y poner cara de hipnosis. Se posa cual esfinge donde da el sol y cierra los ojos (Como una señora muy desagradable tomando sol, o una construcción egipcia históricamente al pedo). Come poco, caga poco. ¡No hace nada! Duerme todo el día y toda la noche. Por ahí se faja un poco con Inteligente porque parece divertido, la pasan bien.

Bueno, nadie me cree que Pajera es tan boluda y todos me dicen que es adorable y que los chihuahuas son geniales. Para mí es bastante feíta y pelotuda (Ojo, le tengo cariño igual). Para contradecir con respaldo científico lo que me decían, la filmé. La filmé viendo un video de sí misma. Su cabeza de escasa extensión explotó. Ahora anda todo el día meditabunda, pensando en qué carajo vio. En la cabeza de Pajera sólo entran 3 cosas: comer, dormir y Egipto; así que probablemente piense que estaba soñando... ¿Pero cómo va a estar soñando despierta? Caos filosófico canino inmediato.








Y así anda. Cada tanto vuelve a ver el monitor, a ver qué onda. ¿Qué pensará?



"Nah, en serio, ¿cuál te mandaste?"

Un sueño y nada más 16/1/11 | comments

Sobre amores y mujeres la regla siempre es la misma: primero las admiro, después las siento. Cuando me empieza a dar la impresión de que al lado de ellas no dejaría de aprender jamás, pum, ahí me gustan. Que me hagan sentir un necio, me discutan y me ganen, ESO me gusta.

...

Bueno, eh, sí, consecuentemente me gustan mis profesoras. Grandecitas, jovencitas, todas. Todos los años tengo un idilio secreto (y no tanto) con una diferente. En el 2010 le tocó a mi profe de idiomas. Listo, mis notas en un jet al carajo.


Aw.


¿Cómo presto atención así? Le hecho la culpa de todos mis ochos, profe. Ah, sí, por más jovencita que sea, la trato de usted. En el curso, en la calle y en su casa. A mitad de año se fue de viaje a Alemania. Me trajo gomitas y Nutella. ¿No es increíble? Profe, ¿seamos novios?




(Y, vos, ¡no te enojes!)

Un año con fines de lucro 2/1/11 | comments

Este NO es un balance de fin de año. Sean felices.

Sí, andan todos melancólicos, poniéndose en perspectiva. Pocas cosas más aburridas que un autor melanco en fin de año, beh. ¿Yo? Nah. Todos pasamos el mismo año, de una forma u otra. Sentimientos de amor y odio tuvimos todos, todos tuvimos proyectos, todos aprendimos cosas, a todos nos odiaron y nos quisieron, todos tuvimos bajones muy bajos y alegrías muy jodidamente buenas. El año fue igual para todos y cualquiera que haga un balance (bien) va a llegar a lo mismo: el año que viene va a ser igual al anterior y al anterior. No creo que nadie que esté leyendo esto cambie, saque el orto de la silla y haga algo de su vida. Todos van a seguir con el mismo ritmo aletargado y triste de siempre y va a seguir todo igual. De mal.

O se van a enojar conmigo, van a hacer todo por cagarme y sus años van a empezar muy bien gracias a mí. Feliz 2011, putos.


Mat.