Me desperté a las 10, me comí unos cereales y me fui al banco a hacer un trámite.

Cuando llegué, me miraron todos como si entrara a afanar. Me puse en la fila, que casi ni avanzaba. Al rato, se llenó. Entró de todo: viejas, minas, ejecutivos, pendejos. El problema, por así decirle, fue cuando entró un último cliente. No sé cómo mierda describirlo sin que me tilden de racista. Así que tíldenme de racista: era un negro del orto.

Si a mí me pareció que me miraron fiero, imagínense a él. Y yo también lo hice, claro, si vivo en Rambo 3.

Ahora bien, el pibe se puso atrás mío. Nada que decir, cierto? No pasa nada. Bueno, las pelotas. Venís cargado con un montón de guita que no es tuya, con los huevos a diez mil y de pronto se te para atrás un flaco así. Te checkea, y se limpia la garganta haciendo ruidos a cada rato. En un momento pensé "Ya fue, me quiere afanar. Mejor le rompo la nariz antes de que se mande cualquiera". Pero naah.

Al rato me tocó a mí, hice el depósito y me fui. Fin de la historia.



Estoy loco? Me recuerda a una frase de película:

What's worse, thinking you're being paranoid or knowing you should be?